mis viajes

miércoles, 3 de mayo de 2017

Día de malotes


 Hoy tocaba cumplir con un viejo sueño, al poco de llegar a la academia , ya hace veinticinco años de ello, ya se notaba una afinidad entre los moteros o protomoteros del grupo, uno de ellos era Albert. 

Nuestras vidas circularon en paralelo al mundo de las motos, aunque no así en los ritmos familiares y por ello cuando el circulaba salvaje sin niños por las carreteras del mundo yo cambiaba pañales con mis motos constreñidas a la base Aérea de Torrejón.

 En la visita anterior , estelas en la mar, le pillé yo esta vez con el pie cambiado, acababa de nacer su niña ,"que no le falte de na" y estaba enraizando mientras yo volaba a lomos de mi Blue Delorian. 
 Al ver las fotos de aquella ruta , me di cuenta que en el fondo de sus ojos se avivaba la llama de un volcán dormido.


Así que mientras preparaba el viaje y quedábamos en que me cobijaría en su casa (grande mamaPili !!) no pudo contener la sorpresa que me tenia guardada y me mostró aquello que se había forjado en el volcán en estos dos años.
  
Harley Davidson Roadster

  Eso era el pistoletazo de salida, era la chispa que conectaba desde lo mas profundo de mi memoria todos esos sentimientos de fraternidad motera y de hermandad de Alameco. A ella también vinieron las caras de hermanos como Franky, Chete, Alberto Glez o Caturla que seguro se habrían apuntado.

  Estaba ya claro , me dejaba guiar por mi hermano y que él preparara la ruta 
 ! a ojos cerrados !.


  El día empezó con una liturgica sesión de taller, algo no necesario pero que en principio atendía a un criterio estético, la maniobra era simplemente quitar el asiento trasero de Norgay , y sin embargo esos 15 minutos con el sol mañanero trabajando codo con codo los dos, fueron como una sesión de entrenamientos libres en las que piloto maquina y circuito se ajustan hasta adquirir un único compás.

 Y asi salimos los dos , sonando la misma música, o mejor bailándola a través de las curvas del a BV-2115, una gota del perfume que luego íbamos a disfrutar durante la jornada. 

 Tener a un amigo delante, con todo el día para nosotros, los depósitos llenos y las carreteras vacías ,es el argumento para una gran novela. El pantano de Foix coronado por el pueblo de Castellet, el día soleado , y la primavera explosionando en cada valle, eran factores diegéticos .



 Paramos un momento en el pueblo no por el cansancio ni hambre, no había ninguna razón más que la necesidad de mostrarnos el inmenso placer contenido en esos veinte últimos minutos. Nos abrazamos y saltamos como dos locos en uno de los balcones del castillo, mirando al lago y al amanecer. El día cumplía lo que nos había estado prometiendo todos estos años,! y lo hacia con intereses !.

 Seguimos aventurandonos hacia Lacuna por una de esas carreteras que te ha dicho uno que otro conoce que es maravillosa pero que para encontrarla hay que hacer al menos 6 de las doce pruebas de hércules. 



 Villafranca del Penedes se llamaba nuestra ultima prueba, y la pasamos sin despeinarnos pues llevábamos un cargamento de optimismo que hacia peligrar los amortiguadores de nuestras motos.

 De allí a Llacuna por la BP-2121 y luego el resto por los valles del Penedes, fue como circular en moto por las carreteras del Olimpo, en caso que las tuviera. Todo precioso, carreteras de excelente asfalto y valles que nos sorprendían detrás de unas cuantas curvas cerradas, impactando nuestra retina con millones de flores amarillas, o con verdes hileras de vides floreciendo.

 Volvimos a casa en estado de éxtasis, ni siquiera recuerdo los primeros momentos ni como deje la moto y aparecí en la terraza sentado con una cerveza fría. Supongo que Albert y yo hablábamos atropelladamente , pisándonos intentando contar algo de lo que habíamos vivido a la pobre Pili que nos respondía con una gran sonrisa , aceitunas y mas cerveza fría. 

capitulo siguiente

No hay comentarios:

Publicar un comentario